Con un aumento del 231% respecto al año anterior, el crecimiento de este sector alcanzó un récord de 4,2 GW de nueva capacidad instalada, lo que representa una inversión total de US$ 5.695 millones.
Sergio del Campo, presidente de ACERA, subrayó la importancia de las recientes leyes que han dado estabilidad al sector y cómo éstas han atraído la atención de los inversores internacionales. “La ley de estabilización de tipos ha enviado un claro mensaje de confianza a bancos e inversores, prometiendo un futuro más predecible para las inversiones en energías renovables”, afirmó Del Campo.
También se destacó el aumento de la capacidad de almacenamiento como un aspecto clave para el crecimiento del sistema eléctrico. Actualmente, se estima que hay aproximadamente 3 GW en diversas etapas de desarrollo, y otros 15 GW ya se encuentran en revisión ambiental. Esta demanda y crecimiento del almacenamiento es fundamental para garantizar la estabilidad eléctrica del país y facilitar la integración de las energías renovables en la red.
La directora ejecutiva de ACERA, Ana Lía Rojas, complementó estas cifras optimistas señalando que 2024 fue testigo de una participación sin precedentes de las energías renovables no convencionales en la matriz eléctrica, alcanzando el 40%. Este progreso se ha visto impulsado por unas condiciones climáticas favorables y un compromiso renovado de la industria hacia la descarbonización.
Sin embargo, ese optimismo no ha estado exento de desafíos. Del Campo recordó que la incertidumbre que genera un nuevo proyecto de ley de subsidio eléctrico representa una preocupación para los Pequeños Medios de Generación Distribuida (PMGD), quienes podrían verse perjudicados por cambios en la regulación que afecten sus ingresos futuros. Asimismo, la retirada de 1 GW de centrales eléctricas de carbón el próximo año plantea dudas sobre el equilibrio del sistema eléctrico, que debe coordinarse cuidadosamente para evitar desajustes.
A pesar de estos desafíos, el panorama para las energías renovables en Chile es prometedor, con proyecciones que anuncian el ingreso de 3,9 GW adicionales de capacidad, transformando positivamente el sector energético. El creciente apetito por la electrificación del consumo subraya también la necesidad de seguir invirtiendo en tecnologías limpias, dado que el 22% de la matriz energética actual ya es renovable, con un importante margen de crecimiento futuro.
Ante la incertidumbre del entorno regulatorio y la necesidad de optimizar la infraestructura de transmisión, la industria de energías renovables en Chile continúa su camino hacia la sostenibilidad, posicionándose como un actor clave en el desarrollo inmobiliario del país y demostrando que la transición energética no solo es posible, si no necesario, para el futuro. Esta dirección no sólo beneficia al medio ambiente, sino que también sienta las bases para el crecimiento económico, la competitividad y la creación de un sector energético más resiliente.
FUENTE: EL DIARIO INMOBILIARIO .Equipo de redacción EDI