La diseñadora gráfica Carla Labra modernizó el departamento que compraron en la Florida, sin quedar endeudada. Para agrandar y colocar una isla a la cocina, cambiar baños y pisos, junto los ahorros del marido; una herencia que recibio, y lo que no gastaron en viajes en pandemia. Se fijó un presupuesto de $12.000.000 y harto esfuerzo familiar “ No quisimos un crédito de consumo porque teníamos que pagar mucho interés y en algunos casos, se trataba de el doble de lo que pediamos”, dice. Para no gastar, estuvieron encima en la compra de materiales, “ buscando ahorros hasta en los marketplaces de Facebook”, o cruzaron Santiago para comprar baldosas que les salían hasta $5000 más baratas. Una vecina les regalo los sacos de pan que les servían para sacar los escombros y que costaban $3000 cada uno: “Fui bien busquilla porque no quería terminar tapada en deudas “.
Si bien es la opción más adecuada para solventar una remodelación, muchos acuden a créditos. El abogado inmobiliario y director ejecutivo de RSA Gestión Inmobiliaria, Raul Saldivia, se compró una casa en San Miguel donde gasto unos $40.O00.000 para cambiar el alcantarillado, el sistema eléctrico, el techo y también la fachada. Pago al inicio $30.000.000, pero para terminarla, pidió un crédito hipotecario de fines generales por $180.000.000 a 20 años, porque los recursos eran de libre disponibilidad