Una nueva forma de calcular el ahorro por eficiencia energética que generan las casas y los departamentos dio a conocer a principios del presente mes el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), y que permitirá que las personas puedan saber qué nivel de eficiencia tiene su vivienda. Se trata del sello de Calificación Energética de Viviendas (CEV).
Esto porque el sello, que se obtiene luego de una medición de parte de alguno de los más de 700 certificadores acreditados en el país, implica que se conocerá la cantidad de energía requerida para calefaccionar o enfriar una vivienda durante las distintas épocas del año.
Por eso, la nueva medición -que tiene carácter voluntario- resaltará un porcentaje, que mostrará cuánto se ahorra una vivienda cuando esta posee medidas como aislación de ventanas, techo, piso o muros. Una vivienda con una mejor calificación que la vivienda base permitirá ahorrar energía en calefacción, iluminación y agua caliente sanitaria, lo que se reflejaría en las cuentas de estos servicios.
“La calificación energética mejora el confort de la vivienda y la calidad de vida de las familias que viven en ella. Si mejoramos la envolvente de los muros, las ventanas, piso y techumbre de la vivienda, mejor será nuestro porcentaje de calificación y tendrá menor costo para la familia tenerla a una temperatura de confort”, explica el ministro de Vivienda y Urbanismo, Cristián Monckeberg.
EJEMPLO DE AHORRO
Chile es el primer país latinoamericano en contar con un sistema de evaluación y calificación energética de este tipo. La Calificación Energética de Viviendas se realiza desde 2012 y a la fecha se han evaluado más de 40 mil viviendas y este año se espera calificar otras 12 mil.
Este es un instrumento de uso voluntario que permite realizar una evaluación objetiva y estandarizada del requerimiento energético de casas y departamentos. Su evaluación considera el consumo de energía para obtener agua caliente sanitaria, iluminación, calefacción y refrigeración.
Estas calificaciones son realizadas por evaluadores energéticos, que son profesionales capacitados y acreditados por el Minvu para aplicar la evaluación. A la fecha se cuenta ya con 744 evaluadores. Se calcula que calificar una vivienda tiene un costo de 1,5 UF ($40.600 aproximadamente).
Así, por ejemplo, una casa de 60 m2 en Santiago, construida solo cumpliendo con el estándar obligatorio de eficiencia energética, requeriría alrededor de $1.000.000 anual en calefacción para conseguir día y noche una temperatura de confort.
En cambio, una casa optimizada, calificada con 50% de ahorro requeriría alrededor de $500.000 anuales aproximadamente para conseguir día y noche una temperatura de confort.
“La invitación a las inmobiliarias es a generar proyectos más amigables con el medio ambiente, proyectos que aporten a la economía familiar y a generar proyectos que incorporen elementos de sustentabilidad para mejorar las viviendas, ciudades y el país”, señala Monckeberg.
SELLO Cuando una vivienda es calificada, se le entrega un sello que resume el porcentaje de ahorro y la cantidad de energía requerida para calefacción y enfriamiento. Hay dos tipos de sello: vivienda única y conjuntos habitacionales completos.