Duranta los 22 año que Hernan Marchant lleva trabajando como corredor de propiedades y consultor inmobiliario, en no pocas veces ha visto como relaciones familiares que parecían sólidas, pongamos entre dos cuñados o un suegro y su yerno, terminaran enrarecidas por un buen rato. Y entre dos amigos, para que decir.
La culpa, cuenta el profesional, la tiene la figura del aval, aquella perdona que voluntariamente se compromete a asumir la deuda del titular de un arriendo si es que este no puede pagar. “Es complicado que alguien que no sea muy cercano acepte ser tu aval. Eventualmente, el avalado puede tener problemas económicos puntuales y no poder cumplir con el pago del arriendo, incluso porque tuvo que optar entre pagar eso o alimentar a su familia. Es un tema muy complicado” comenta Marchant. Pero hay otras formas de ahorrarse esta polémica figura y dejar a todas las partes felices o, al menos, tranquilas.
“Se puede pagar por adelantado seis meses o un año de arriendo, a cambio de que el arrendatario reciba un descuento, que, a lo sumo, alcanza el 7%. Claro que no toda la gente tiene esa cantidad de dinero en efectivo, pero se usa mucho hoy en día. El arrendatario paga un poco menos y el arrendador se asegura no tener vacancia en su propiedad. Desde mi perceptiva es un buen negocio para ambas partes” explica.
Otra forma es documentar con cheques un periodo de tiempo que también pueda ir desde los seis meses hasta el año. Aunque para el corredor y asesor inmobiliario, Arturo Cisternas, este método no garantiza mucho. “Nada le asegura al propietario que el arrendatario finalmente cubrirá los cheques si tiene algún problema. Otra forma, no muy usada ya, pero valida, es hacer firmar al arrendatario letras de crédito, algo similar a lo que se hace para pagar el colegio de los niños. Te hago firmar 12 letras y el banco es quien te las va cobrando mes a mes. ¿Qué se gana con esto? Simplemente que sea el banco quien se encarga de cobrar la deuda”, detallada.
Algo más común hoy para evitarse al aval es pagar meses más meses de garantía. “ Lo tradicional es que se pida solo uno, para cubrir los perjuicios que reciba la propiedad cuando es devuelta, per para evitarse el aval y al menos sentirse cubierto un tiempo, se puede pedir dos o tres meses de garantía”, dice Daniel Lamadrid, abogado especialista en temas inmobiliarios de Misabogados.com, quien agrega “Si la presencia del aval se hace imposible de evadir, se puede firmar un contrato entre el aval y el arrendatario en el que el ultimo se comprometa a pagarle de vuelta todo lo que el aval cancelo por mora. Este seria un contrato entre privados, independiente del contrato de arriendo”.
“Otro medio para evitar pedir un aval es que en el contrato el arrendatario autorice al propietario a publicar en las listas de morosos tipo Dicom la deuda, si se atrasa. Eso puede significar una presión al avalado, ya que si necesita pedir un crédito urgentemente aparecerá como moroso en el sistema. Ese mecanismo se deja por escrito en una clausula del contrato, porque el arrendador no puede hacerlo sin autorización del moroso”. El mercado también ha dispuesto de productos para hacerle el quite al aval.
El seguro de arriendo que ofrecen compañías de seguros es uno. Este mecanismo lo toma al propietario, quien a través del pago de una prima mensual, se asegura de que en caso de mora de su inquilino, el banco le cancela la totalidad o parte de la deuda “ opina Arturo Cisternas. El problema, eso si, es que hay que considerar que es un gasto mas que pagara el arrendador o se cargara al monto del arriendo.