1 _ CUANDO RECIÉN ESTÁN LOS PLANOS DEL EDIFICIO
Jose Ignacio Corrales, Broker del sitio de inversiones inmobiliarias Capitalizarme.com, destaca que es muy recomendable invertir en blanco.” Es decir, cuando el proyecto está en planos, en una etapa muy incipiente de desarrollo. En ese momento es cuando las inmobiliarias tienen los mejores descuentos, el primer precio de venta y las condiciones más convenientes. Solo requiere utilizar la propia capacidad de ahorro mensual y prepararse financieramente para enfrentar el crédito hipotecario cuando se realice la entrega”, sostiene el ejecutivo. Como el proyecto es a futuro, los inversionistas tienen tiempo de ahorrar para juntar el pie. Incluso lo pueden pagar en cuotas. Algunas inmobiliarias ofrecen pagar con cheque o con tarjeta de crédito bancarias, en 18 cuotas sin interés. Si una persona tiene capacidad de ahorro de $200.000 mensuales, podría adquirir un departamento, pero si puede ahorrar $300.000 o $400.000 podría adquirir dos viviendas. Esto significaría una renta de $700.000 mensuales, que para los años de jubilación significa un excelente ingreso.
2_ ADQUIRIR PARA VENDER RÁPIDO
Otra forma de inversión, muy similar, es el llamado trading inmobiliario. Este tipo de financiamiento esta movido por dos factores : El corto plazo y un alto retorno, se basa en la compra de activos de bajo valor, como propiedades que aún no existen, que están en verde o en su fase inicial de entrega, para luego ser vendidas a un precio 20% mayor. Alejandro Guzman, Gerente general de la compañía de gestión inmobiliaria The Bockers, aconseja comprar departamentos en blanco cuando recién está partiendo la oferta . “Se paga el pie en cuotas durante los meses de desarrollo del proyecto y una vez que se entrega el departamento comienza a correr el crédito hipotecario. En ese momento se empieza pagar el dividendo con el mismo arriendo del departamento, luego se pone en venta y se obtiene un alto nivel de rentabilidad”, enfatiza. En este sentido, si el inmueble está pensado como negocio, el profesional aconseja poner el menor pie posible porque la plusvalía ha demostrado ser mayor que las tasas de los créditos. “Si se da un pie de un 20% del valor de la propiedad, la rentabilidad nominal anual podría ser de 12%. Pero si se trata de un pie del 10%, la rentabilidad seria de 25% a 30%. Por tanto, es conveniente invertir con un pie inicial bajo. Esto se debe a que la plusvalía en los últimos 15 años ha estado en el orden del 4% anual real, según la Cámara Chilena de la Construcción, lo que hace que sea un negocio rentable y seguro”, afirma Alejandro Guzman.
3_ COMPRAR EN GRUPO Y SIN LIQUIDACIONES DE SUELDOS
La inversión colectiva, más conocida como crewdfunding, es una forma de inversión que no exige créditos hipotecarios ni altas rentas. Un grupo de personas participa de la compra de un terreno destinado a un proyecto de construcción, para después vender la propiedad y recibir las ganancias. “Es una inversión de bajo riesgo, que se realiza con montos desde $500.000 por persona. Una vez reunido el dinero necesario para la ejecución del proyecto, se crea una sociedad por acciones (SpA), que es el respaldo legal para los inversionistas, quienes recibirán de vuelta su dinero más la rentabilidad asociada a ese monto, correspondiente al 10% o 15% anual dependiendo del inmueble “, sostiene Gonzalo Asenjo, co-fundador y encargado de proyectos de Lares Crowdfunding. Este modelo permite que cada inversionista sea dueño de un porcentaje de la vivienda y tiene dos principales tipos de inversión: la compra de acciones “tempranas”, que se otorgan a los primeros participantes de un proyecto, quienes recibirán un mejor utilidad, y la compra de acciones por más de $5.000.000, que tiene una ganancia de 1% más de rentabilidad. Este negocio solo exige ser mayor de edad, tener carné de identidad y una cuenta bancaria.